Los valores representan nuestro sistema de navegación personal, tienen un gran impacto en nuestras decisiones y en nuestros patrones de comportamiento; son estímulos para tomar acciones que contribuyan a realizar aquello que deseamos o anhelamos.

Nuestras acciones son un reflejo directo de aquello a lo que damos valor. Por ejemplo, si valoramos la honestidad será muy difícil que actuemos de manera deshonesta; o bien, si la familia es un valor importante para nosotros, nuestras acciones estarán orientadas a su cuidado y cercanía. De manera que resulta interesante preguntarnos con qué valores definimos nuestras acciones.

Los valores son parte de nuestra identidad, y muchos de ellos se establecieron a partir de creencias o convicciones culturales profundas, o han sido transmitidos como parte de nuestra historia familiar o social, y pueden seguir vigentes en nosotros sin haber hecho conciencia individual sobre lo que representan hoy día para nosotros.

Identificar aquello que es importante para mí, me permitirá reflexionar si eso que valoro está en correspondencia con mi vida, o si es necesario “recalcular” la dirección con base en lo que hoy me motiva y tomar decisiones conscientes para mi bienestar.