• Prepara el espacio físico: Identifica un espacio en el que puedas sentarte cómodamente para realizar la actividad. Es recomendable que el lugar esté ordenado y limpio.
• Prepara tus materiales: Ten a la mano una hoja y colores.
• Orienta tu mente: Antes de comenzar, haz unas respiraciones profundas.

1. Ponte de pie.
2. Sacude el cuerpo: mueve los brazos, las piernas, los hombros, la cintura, “como si quisieras sacudirte el polvo”. Mientras tanto, visualiza que de tu cuerpo salen toda la tensión acumulada y los pensamientos que no te permiten estar presente.
3. Después de algunos segundos, detente y respira profundamente.
4. Vuelve a sacudir el cuerpo, ahora con mayor rapidez y con la mayor soltura posible.
5. Repite el ejercicio tres veces y termina con una respiración profunda.
6. Reflexiona: ¿qué cambió en tu cuerpo con este ejercicio?

Al terminar la práctica, reflexiona:

• ¿Para qué nos sirve soltar la energía acumulada?
• ¿Qué beneficios tiene en mí?
• ¿En qué situaciones me ayudaría hacerlo?