Orientación

• Prepara el espacio físico: Identifica un espacio en el que puedas sentarte cómodamente para realizar la actividad. Es recomendable que el lugar esté ordenado y limpio.
• Prepara tus materiales: Formato de la “Escalera de la Inferencia”.
• Orienta tu mente: Antes de comenzar, haz unas respiraciones profundas.

1. Cierra los ojos y piensa en una situación que te resulte problemática.
2. Abre los ojos y realiza una análisis de la situación tomando en cuenta los siguientes niveles:

Datos. ¿Cuáles son los datos observables detrás de la situación? En este nivel se ubican todos los datos que podemos percibir sobre la situación, incluso aquellos que en un principio no parezcan relevantes. Cuando hacemos un análisis más consciente nos damos cuenta qué otros datos nos están faltando, aunque es común que en primera instancia no los notemos.

Seleccionar. De los datos existentes, ¿a cuál estás poniendo atención? Es posible que de todos los datos relacionados con cierta situación solo pongamos atención a algunos; es decir, “seleccionamos” datos de un mundo de información más amplio de lo que alcanzamos a ver.

Hacer inferencias. ¿Qué inferencias estás haciendo? ¿Cuáles son tus suposiciones o conclusiones a partir de la información que elegiste? ¿Cómo esas inferencias se relacionan con tus experiencias previas o tu relación con el mundo?

Sentir. ¿Qué emociones surgen en ti con estas inferencias? En este nivel es importante identificar las emociones que evocan nuestras interpretaciones porque eso nos mueve hacia la toma de decisiones.

Responder/reaccionar. ¿Qué decisiones tomaste frente a esto? ¿Cómo actúas a partir de lo que sientes? Es importante diferenciar entre responder y reaccionar. Responder conlleva una postura más reflexiva en la que te das una pausa para analizar los datos y distinguir lo objetivo de lo subjetivo. Al reaccionar, actúas impulsivamente ante la situación que se te presenta.

3. Reflexiona, ¿cambió tu perspectiva de la situación al aplicar la herramienta? ¿Cómo?

Al terminar la práctica, reflexiona:

• ¿Qué información se necesita para aclarar nuestras hipótesis?
• ¿De qué forma cambia mi perspectiva ante la búsqueda de nuevos elementos?
• ¿De qué manera nuestra imaginación y nuestra memoria contribuyen a la formación de nuestros modelos mentales?
• ¿Cuándo es útil esto? ¿Cuándo es inútil?