Apreciar a los demás

¿Alguna vez te has detenido a reconocer algo lindo en un extraño? La mayoría de nosotros, no.

El aprecio, la gratitud, el respeto por los demás e incluso la felicidad, son habilidades que pueden mejorarse con la práctica.

Estas habilidades tienen efecto en nuestra salud mental, emocional y física, y promueven que tengamos mejores relaciones y mayor conexión con los demás. Aquí te ayudamos a comprender qué son estas habilidades y qué beneficios tienen.

Mensaje Clave

Apreciar a los demás implica reconocer y disfrutar las cualidades positivas de las personas. Una forma de desarrollar el aprecio es expresar la gratitud y ser bondadoso con los demás. Existe evidencia de que esas emociones (particularmente la bondad) son una de las formas más poderosas de cultivar el bienestar y es también una habilidad que puede trabajarse. El resultado son emociones positivas y afectivas, una reducción del estrés y el fomento de un modo más resiliente de interactuar con el mundo. Además, se ha comprobado que ser generoso y amable con los demás está relacionado directamente con la felicidad.

La bondad es el deseo de felicidad para los demás y la búsqueda de la compasión para aliviar el sufrimiento de los otros. Por su parte, la gratitud es la práctica de notar y apreciar los aspectos positivos del mundo (sobre todo de nuestro mundo personal). Esto implica enfocarnos en lo que tenemos (en vez de en lo que no tenemos), lo cual influye en nuestro estado de ánimo y afecta nuestras emociones momento a momento, y también puede tener un gran impacto en nuestra salud física.

¿Por qué es importante?

Cuando practicamos y reconocemos los actos de gratitud y aprecio comunes a nuestra vida cotidiana nos volvemos más conscientes de este tipo de actividades, lo cual puede ayudarnos a ver que realmente existe esta bondad innata. Esto nos ayuda a manejar mejor el estrés, a ser menos críticos con nosotros mismos y a incrementar las emociones placenteras.

En palabras de Richard Davidson, “podemos ver que cuando apreciamos de esta manera, nuestro estado de ánimo se eleva, nos sentimos más ligeros y fuertes y, gradualmente, podemos desarrollar la confianza de que las cosas mejorarán y que existe una bondad básica que todos poseen “. Cultivar la bondad y expresar aprecio y gratitud puede ayudarnos también a ser más empáticos.

Se ha descubierto que sentir gratitud con mayor frecuencia e intensidad por más personas y en una mayor cantidad de situaciones ayuda a manejar el estrés y prevenir la depresión. Practicar la gratitud a largo plazo nos genera una mayor conexión con los demás, aumenta la concentración, el entusiasmo y la satisfacción, e incluso mejora la calidad del sueño. En pocas palabras, promueve nuestro bienestar.

Por otro lado, investigaciones recientes muestran que ser gentiles nos ayuda a ser felices. Cuando hacemos algo amable por los demás, nos sentimos bien, satisfechos. También protege nuestra salud y, de manera particular, nuestros corazones, ya que ser gentil generalmente implica calidez emocional, lo cual reduce la presión arterial y garantiza la salud del corazón.

Estas habilidades tienen un gran impacto sobre nuestras relaciones, ya que nos ayudan a reducir la distancia emocional, a sentirnos más unidos. Además, se ha descubierto que son “contagiosas”; es decir, cuando somos gentiles, las personas que nos rodean suelen responder también de manera más amable.

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