El desarrollo del bienestar

Las investigaciones realizadas por el Dr. Richard Davidson (2016) en el “Centro de las mentes sanas” han demostrado que “el bienestar es una habilidad que se puede aprender mediante la experiencia y la práctica”. 

Aquí explorarás la importancia de reconocer tus habilidades, y talentos, además de que aprenderás a desarrollar prácticas que favorezcan e impulsen tu bienestar.

Mensaje Clave

Cuando hablamos de bienestar nos referimos a una condición en la que te sientes sano, satisfecho, pleno y feliz con tu existencia en el mundo.

Habilidades y talentos

El reconocimiento de nuestras habilidades y talentos forma parte esencial de nuestro bienestar. Las habilidades sociales, afectivas, cognitivas, físicas y comunicativas nos facilitan enfrentar retos y exigencias de la vida diaria con mayor asertividad y fortaleza, y ayudan a generar estilos de vida saludables. Por ello, es importante realizar actividades y prácticas que nos ayuden a impulsar el desarrollo de nuestras habilidades y capacidades en sus diversos ámbitos.

Asimismo, es importante reconocer nuestros talentos. Estos son visibles cuando logramos realizar actividades con facilidad. Cuando logramos cumplir con una tarea de manera eficiente nos sentimos satisfechos y felices con los resultados. Los talentos personales nos motivan a aprender y encontrar placer en los desafíos. Sin duda, hacer conscientes nuestros talentos favorece el estado de plenitud y bienestar.

Desarrollo de mi bienestar

Los seres humanos tendemos a pensar que 90% de nuestro bienestar depende de factores externos y 10% depende de nosotros. Sin embargo, los estudios científicos comprueban lo contrario, 90% depende de nosotros y solo 10% del exterior. De acuerdo con estos datos, es importante reconocer el bienestar como una habilidad que se desarrolla con la práctica.

Según las investigaciones del “Centro de las mentes sanas”, existen cuatro componentes del bienestar que han sido estudiados científicamente. En estos estudios se ha encontrado que cada uno de los componentes está conectado a redes de neuronas que tienen la capacidad de transformarse y fortalecerse realizando diversas prácticas.

Estos componentes son:

Resiliencia: En el ámbito de lo físico, la resiliencia hace referencia a la capacidad del cuerpo para recuperar su elasticidad o su forma luego de haber experimentado algún accidente o movimiento insólito. Realizando una analogía, en el ámbito de las ciencias de la vida, la resiliencia es la capacidad de adaptabilidad que tiene un individuo o un grupo de individuos ante las adversidades y los retos. En la vida, nos podemos encontrar con personas que pueden superar de manera más rápida las situaciones adversas que otras. Este componente del bienestar es uno de los más complejos, ya que puede llevarnos más tiempo desarrollarlo. Sin embargo, es posible potenciarlo, estudios realizados en la Universidad Wisconsin-Madison demostraron que practicar regularmente la meditación puede ayudarnos a desarrollar nuestra resiliencia y con ello favorecer nuestro bienestar.

Perspectiva positiva: Este componente hace referencia a percibir lo positivo en los otros y en las experiencias, es la capacidad de desarrollar una mirada apreciativa, una mirada que busca la belleza y la abundancia en lo diferente. Las prácticas que ayudan a fortalecer la perspectiva positiva son dar y recibir amor y compasión. Estudios del “Centro para las mentes sanas” demuestran que los circuitos neuronales vinculados con la perspectiva positiva se ven fortalecidos después de dos semanas de prácticas de compasión y bondad.

Atención: Cuando hablamos de atención, nos referimos a la habilidad que tenemos como seres humanos para traer voluntariamente nuestra mente una y otra vez al momento presente. Cuando estás atento, percibes mejor lo que te rodea, recibes la energía de lo que estás viviendo, tomas decisiones claras y conscientes, lo que te permite relacionarte con el mundo externo de otro modo.

¿Por qué es importante?
  • Impulsar nuestro bienestar nos ayuda a sentirnos satisfechos, felices y plenos.
  • Desarrollar nuestro bienestar nos ayuda a generar relaciones más sanas con nosotros mismos y con nuestro entorno.
  • El bienestar favorece el desarrollo de las habilidades socioemocionales, tales como: el autoconocimiento, la autorregulación, las relaciones interpersonales, la toma de decisiones responsable y la conciencia social.
Para saber más
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