La motivación

A la sensación de satisfacción cuando una actividad es realizada y al disfrutar de la misma sin la necesidad de una recompensa, se le denomina motivación intrínseca. Todos los seres humanos experimentan la motivación de hacer una actividad por el simple hecho de autorrealizarse. Cuando tú, como adulto, logras transmitir a los niños y jóvenes la importancia de realizar una actividad o de aprender algo nuevo con la intención de apoyar su crecimiento como personas, estás estimulando su motivación intrínseca, ya que valorarán la actividad o aprendizaje como algo relevante para sí mismos.

Por otro lado, existe la motivación extrínseca, que hace referencia a la espera de una recompensa o un reconocimiento. Este tipo de motivación también es favorable de acuerdo con la situación específica en la que se presenta. Premiar y/o reconocer el esfuerzo de los niños y jóvenes con, por ejemplo, frases de aliento u otorgando tiempo libre; ser creativos con las recompensas es necesario para alentarlos.

Otro aspecto de la motivación es la automotivación. El ser humano tiene la capacidad de motivarse a sí mismo para conseguir algo que le es de gran valor. En el proceso de la automotivación, experimenta sensaciones, emociones y pensamientos que le llevan a planificar y organizar sus esfuerzos para alcanzar lo que se propone.

Para fomentar la motivación intrínseca, extrínseca y la automotivación, es necesario propiciar que los niños y jóvenes desarrollen la capacidad de autoconocimiento, ya que reconocer sus intereses, capacidades y limitaciones para alcanzar sus propósitos y metas les será de gran ayuda para autodirigir su motivación, energía y voluntad.

Prácticas para estimular la motivación

• Propiciar el autoconocimiento: para apoyar a los niños y jóvenes a autoconocerse es importante realizar actividades mediante las cuales contesten preguntas sobre ellos mismos como: ¿quién soy yo?, ¿qué me gusta?, ¿qué me disgusta?, ¿cuáles son mis habilidades?, ¿en qué soy diferente a los demás?, etc.
• Propiciar la autodeterminación: para desarrollar esta capacidad se pueden realizar actividades en las cuales los niños y jóvenes reflexionen acerca de las diversas posibilidades que existen para alcanzar una meta, realizar una actividad o resolver un problema. Realizar este ejercicio impulsa su capacidad de toma de decisiones para alcanzar ciertos objetivos.
• Internalización de nociones:

1. Es importante hacer saber a los niños y jóvenes que la inteligencia es transformable y que siempre puede desarrollarse.
2. Ayudarles a tomar consciencia de lo que les motiva y les desmotiva.
3. Evitar la comparación con los otros.