Rutinas y horarios

Organizaciones enfocadas en atención a la infancia, así como expertos en educación, reconocen que en este momento de la pandemia es necesario implementar medidas que ayuden a conectar nuestra vida personal, familiar, escolar y profesional.

Esta ficha contiene ideas sencillas que nos permiten organizar los espacios, tiempos y rutinas de toda la familia y así poder cumplir con las tareas de la escuela, el trabajo y la casa.

Mensaje Clave

En estos momentos complejos en los que nos encontramos a causa de la contingencia, se ha generado una reorganización en la dinámica personal y en la convivencia familiar. De pronto, los hogares se transformaron en oficinas y aulas donde uno o varios niños y niñas toman clase simultáneamente, y donde cada uno intenta escuchar las indicaciones del maestro, mientras sus padres y madres realizan sus actividades laborales y se dan tiempo para atender las labores del hogar.

Sin duda, este cambio en la estructura social es una oportunidad para hacer una pausa y tomar conciencia en la dinámica familiar. Nos hace reflexionar en las formas de organización que funcionaban antes de la pandemia que ahora ya no son suficientes y tampoco responden a las necesidades que tenemos actualmente. Esto ha generado una necesidad por cambiar y organizarnos de manera diferente, por ejemplo: planear y distribuir las tareas a cada integrante de la casa.

Un primer aspecto para tomar en cuenta es la planeación de actividades que ayuden a mantener mayores estados de bienestar físico, mental y emocional. Desde rutinas de orden del espacio, pero también de higiene y cuidado personales, hasta calendarios y planificadores con horarios donde se anoten todas las actividades que se realizarán durante el día. 

La planeación ayuda a organizar el día a día, ya que en ella se definen las rutinas de todos. Por ello, es recomendable que busquen un momento para reunirse y, entre todos, piensen y anoten sus actividades personales, y también las que desean realizar en familia. Después, en una cartulina u hoja vayan anotando los horarios y tiempos destinados a cada una. Por ejemplo, el tiempo para el aseo personal, para desayunar, para tomar las clases y realizar las tareas, ejercitarse y realizar actividades en familia. Una vez planeadas y anotadas las actividades, es el momento de preparar los espacios para llevarlas a cabo. 

Si nuestro hogar es el espacio en el que hacemos todas las labores, es importante prepararlo. Lo ideal es tener un espacio propio pensado para cada quien, pero en la mayoría de los casos lo ideal no es posible. Sin embargo, sí podemos procurar que la luz y la ventilación sean naturales para mantener la atención y la concentración. También es importante pensar en los objetos adecuados para colocar materiales y contar con una silla cómoda. 

Finalmente, otro aspecto que es esencial en el desarrollo de rutinas y hábitos familiares son las actividades de aseo y cuidado personal. Establecer medidas sencillas pero que ayuden a mantenernos sanos y fuertes es tarea de todos.

¿Por qué es importante?

La situación dentro del hogar se volvió muy complicada por las nuevas dinámicas en casa, sobre todo por la educación a distancia. Cuando el aislamiento social comenzó fue tal el caos que algunos padres y madres sintieron el enorme peso de asumir el rol del maestro, lo que generó incertidumbre y angustia.

Afortunadamente, el tiempo ha permitido ver con claridad que lo que se espera de los padres y las madres de familia es un acompañamiento afectivo y cercano.  Esta gran tarea requiere ajustes en las formas de convivir y trabajar en familia.

Las nuevas formas de interacción y organización dentro del hogar, así como del desarrollo de hábitos saludables, son el mejor punto de partida.

En el día a día es imprescindible sentirnos cómodos y seguros de nosotros mismos y de lo que podemos lograr. La atención plena permite la construcción de rutinas familiares que den estructura y autonomía a cada uno. 

Cuando se busque el espacio para que los niños y las niñas tomen sus clases, hay que procurar que sea un lugar que no tenga muchos distractores, como sonidos u olores intensos; de preferencia, como especificamos,  que tenga luz y ventilación natural, y que también permita moverse fácilmente si tienen que pararse para realizar algunos ejercicios o, simplemente, buscar algún material que necesiten.

Recordemos que mantener hábitos de higiene y cuidado personales es una tarea sencilla que permite el bienestar personal y familiar. Como lo plantea la UNICEF, la higiene es una destreza que se aprende mediante la práctica, y se enseña dando el ejemplo y fomentando el hábito. Cuando en la rutina se da prioridad al aseo diario y a la alimentación adecuada, se están sentando las bases para un bienestar físico y mental que repercute en el ambiente familiar y social. En estos tiempos donde la salud es tan frágil, debemos redoblar esfuerzos para estar sanos y felices. 

Mantengamos a nuestra familia libre de alimentos saturados de grasas, harinas y azúcares. No olvidemos iniciar el día con un desayuno ligero que genere una sensación de satisfacción y no de pesadez. Esto ayudará en el desarrollo de habilidades como la concentración y la atención que son importantes para el aprendizaje. 

Algunas preguntas para reflexionar:

  • ¿Cómo favorecer la formación de hábitos que propicien la autonomía y autogestión?
  • ¿Qué hábitos son adecuados para cuidar mi salud y la de mi familia? 
Para saber más

Planeación y preparación

Rutinas

Rutinas del pensamiento

Autocuidado-nutrición 

Prácticas Relacionadas
Cómo hacerlo posible